En esta columna se trató el tema de las DJAI y de las condiciones impuestas a los importadores, de equilibrar su balanza comercial, vía Exportaciones, para poder acceder a las mencionadas previas autorizaciones.
También se trató que aparentemente ya ese requisito no era suficiente para acceder a las mismas. Y digo aparentemente pues al no haber resolución impresa alguna al respecto, todo debía entenderse como condición verbal, ya que de haber habido alguna disposición bien clara, el cumplimiento de la misma debería automáticamente habilitar el acceso a las DJAI, quizás por eso, no hubo Resolución escrita.
El tema es que efectivamente abundan los casos de empresas que exportan igual o aún más que lo que importan, no obstante las DJAI le son negadas… Así el tema, también hablamos de cómo haría una empresa para planificar sus comprasy atender su producción adecuadamene a una demanda interna fuerte, ya que el Gobierno fomentó indudablemente el consumo interno, dándose la paradoja de: mantener y aún incrementar el consumo interno; pero cómo hace una empresa para atender esa demanda si se le impide acceder al insumo externo, parte, componente, o máquina?. Máxime cuando no hay sustituto nacional. Aunque si lo hubiera, también debería afrontar costos mayores, lo que alimentaría el incremento de precios e inflación.
Bien, en este contexto y al menos para cumplir con este requisito Exportador, surge la idea de una empresa local de reservar y abonar un stand en Feria de alimentos y bebidas en Brasil llevando 15 empresas. Claro que al desear lograr operaciones, es entendible y por demás razonable , que se apunte a alimentos y bebidas nacionales, toda vez más competitivas y con más posibilidades que un producto industrial. Se trataba de un proyecto de inversión DIRECTA en tal sentido. Ocurre que como también se trató en esta columna, la operación de «pase «de un exportador habitual a un importador que la utilizaba para su balance comercial, tenía un costo que el primero cobra al segundo, entonces en vez de «gastar» en ello, se prefirió invertir en un stand propio y correr con el esfuerzo e intento exportador de manera directa. Invertir en conseguir exportaciones PROPIAS en lugar de abonar al tercero una comisión para que le pase alguna operación que de todas formas se iba a exportar.
Esto obviamente no implicaba ningún «incremento» de las exportaciones argentinas, pues precisamente esa orden se exportaría igual, en cambio, el esfuerzo del STAND PROPIO, SI implicaría un incremento en las exportaciones toda vez que se trata de conseguir exportaciones nuevas, con lo cual para el país incluso, resultaba más conveniente, dado que lo anterior solo implicaba un pase de manos, e incluso se comentó que esas operaciones en determinado momento no serían tomadas como exportaciones válidas, para el importador, con lo cual, pagaría una comisión de «pase» y quizás no le sería luego reconocida. Todo este contexto impulsó a esta empresa a buscar operaciones de exportación propias mediante la participación directa en la feria.
Resultado: un centenar de contactos, y mucho trabajo por delante a la búsqueda de alguna concreción de negocios.
Es sabido que nadie se sienta en una feria a hacer una orden, con un expositor nuevo, y sin tener ninguna relación previa y eso se sabía que así sería. Con lo cual estaba claro que en principio solo se harían esos nuevos contactos. Y que el real trabajo fuerte, como en toda feria, vendría después.
Tras la feria, y con algunas propuestas en mano, comienza el tema de tratar con los proveedores. Las experiencias, no serían muy diferentes a los contactos realizados previos a la participación ferial.
Hubo todo tipo de casos: Ofertas presentadas de manera incompleta, sin volumen/peso para cálculo rápido de flete, presentación de producto muy deficiente, proveedores que no contaban con el previo registro/certificación para Brasil, inconvenientes para el envío de muestras (esto no siempre atribuible al fabricante sino a fin de cumplir con los requisitos que lo tornan tan dificultoso) y hasta recibir listas de precios en pesos más IVA, toda vez que está claro que la exportación es en divisas y sin IVA, y así varios casos más… Todo esto era previamente conocido pero no había ora realidad para hacer el intento.
Al regreso, con algunas propuestas en mano, se encuentra con la siguiente realidad, en muchos casos, precios cambiados; desatención y desinterés en otros. Será por el momento económico, será por ser esta altura del año, será por no poder asegurar mantener el precio por determinado período de tiempo- por la inflación interna existente – etc, etc, pero la cuestión es que poder mantener los precios que se dieron resulta muy dificultoso, y aunque se establezca la orden, cumplir con el embarque en tiempo y forma también entra en un estado de incertidumbre e imprevisibilidad.
El gran tema entonces es: Por un lado, han solicitado a los importadores exportar, correcto. Quién puede estar en desacuerdo dada la restricción de divisas? (aunque el método es por demás discutible y mejorable…) y sin tratar porque se llegó a esta situación… pero por el lado del Gobierno, qué condiciones de previsibilidad y estabilidad dan al importador para que pueda conseguir de manera propia, exportaciones realmente GENUINAS e incrementales para el país? Una situación más, altamente contradictoria toda vez que deberían darse las condiciones necesarias para que, con un tipo de cambio competitivo y demás condiciones necesarias para que la exportación resulte ser un negocio más, con cierto rédito, sea atractiva para desear incrementarlas, pero no como muchas veces es, que la empresa termina subsidiando sus exportaciones (a pérdida) para poder finalmente acceder a alguna DJAI aprobada… lo que incluso como dijera, no es para nada seguro y hasta puede resultar insuficiente…
Que panorama tan dificultoso para cualquier empresa! Si repasamos que venimos de 8, 14 y ya 27% de devaluación en los últimos 3 años, fácil es comparar con la inflación en mismos períodos y cada empresario se imaginará qué malabarismos hacer para poder cumplir un plan de exportación, toda vez que un comprador no desea hacer una sola operación, sino que busca siempre darle continuidad a sus negocios, como cualquiera, entonces, realizar todo el esfuerzo para que a la segunda orden ya no se respete el precio, que bien hablara del empresario, y del país en su conjunto. Pero qué puede hacer la empresa si es un tema que escapa totalmente a su control? Entonces, se va a un cuello de botella, se pide que el importador exporte, pero qué y cómo? Al cierre de esta columna corrían diferentes versiones sobre cuáles serían las próximas medidas a tomar en cuanto a la restricción a las importaciones por la obvia escasez de divisas, y una de ellas, razonable, sería liberar de alguna forma la de bienes de capital, materias primas, etc, toda vez de lograr que la industria siga funcionando. Será factible? ya se verá, y en cuanto a los productos «suntuarios», no hubiera sido preferible analizar alguna forma de pago alternativa como p.ejemplo LC a 180 días?
De esa forma el mismo Banco serviría de tapón para el volumen de las importaciones de la empresa toda vez que deben ser garantizadas para que el Banco les extienda una LC, y además, en definitiva también se cumpliría la supuesta intención de dejar en el camino a los «chicos «, ya que por la vía de exigir exportaciones, así lo hacen indiscutiblemente, y condicionando los pagos a 180 días, se alcanzaría un efecto similar, aunque de ninguna manera justificable, pero parece ser lo que las autoridades buscan entre otras cosas, con lo cual, no se hubieran producido las faltas de productos en el mercado, no se hubiera fomentado tanto el contrabando y la corrupción, y además, una buena suma de cuentas a pagar le hubiera quedado al próximo Gobierno, lo que sin dudas pasa y ha pasado siempre. Además y como si fuera poco, pasaría al sector privado el asumir el riesgo cambiario. Si tiene más virtudes que defectos entonces por ahí hubiera servido.
Gracias y hasta la próxima.